lunes, 7 de diciembre de 2015

Lectura el sabelotodo

El Sabelotodo
Un erudito viajaba por primera vez en un trasatlántico y está fascinado pues crucero un recorrido que permitía apreciar la belleza natural que representan el cielo y el mar. Gustaba de caminar por la cubierta respirando el aire marítimo y siempre que encontraba a algún marinero acostumbraba preguntarle sobre sus conocimientos.
 En cierta ocasión, un marinero limpiaba la cubierta con singular ahínco, cuando el erudito le preguntó:
Dígame amigo mío, ¿usted estudió filosofía?
El marinero lo oyó e intrigado le respondió:
No señor, sólo sé navegar.

El erudito insistió con otra pregunta: -Entonces ¿usted estudió geometría, zoología o psicología? -. El marinero turbado sólo contestó No señor, nada de eso, soy marinero.
 Cierta noche, una tempestad violenta envolvió al navío, olas enormes lo levantaban e incluso entraba el agua a la cubierta dejando a los de la embarcación con sabor al agua de mar.
Aterrorizado el erudito y con el pánico reflejado en su rostro, agarrado fuertemente de uno de los palos del barco vio pasar al marinero quien aproximándosele fue él quien ahora le preguntó:
-Dígame señor, ¿Acaso usted ha estudiado natación?
El erudito no podía hablar por el susto, solo consiguió responder moviendo la cabeza negativamente
-¡qué pena! Dijo el marino-. Señor ha desperdiciado toda su vida pues el navío va a naufragar
Reflexión
Tú debes a menudo preguntar a otros, pero no para comprobar que no saben, sino para aprender lo que ellos ya conocen
Ningún hombre llega a ser sabio por casualidad; se llega a la sabiduría cuando nos despojamos de la arrogancia y el exhibicionismo que impiden el conocimiento de la importancias de ñas habilidades de los otros, pues aquellos, siempre serán negativos no solo para desarrollo personal, sino para el éxito de una sociedad.
¿Acostumbras preguntar para saber más?


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