Esa mañana, de la misma manera que otras, todos los niños de aquella escuela avanzaron a sus aulas, una vez que escucharon las recomendaciones de la directora y de la maestra encargada de vigilar la formación.
Con la alegría dibujada en sus caritas, aquel rumor de vida ordenadamente fue entrando en su respectivo salón. Minutos antes, en el patio de la escuela, la directora les había recomendado que tan importante es el orden en nuestra vida, en nuestras acciones y actitudes.
Los alumnos se sexto año, ya sentados en sus respectivo pupitre, fueron respondiendo con el acostumbrado “presente” al escuchar su nombre en el “pase de lista” que diariamente realizaba el maestro.
-¿Quiénes leyeron en su casa la lección correspondiente al día de ayer? –pregunto el maestro.
Una voz, al unísono, indico al profesor que todo el grupo había leído aquella lectura y, no solo eso, sino que de inmediato los alumnos empezaron a verter diferentes comentarios y opiniones relacionadas con el tema de la narración.
Sin esperarlo, un ligero bailoteo, un apenas perceptible vaivén se dejó sentir. El grupo, al notar aquel movimiento que crecía y se hacía notar más, inmediatamente se levantó de su asiento.
-¡Está temblando! ¡Maestro: el temblor, el temblor!- gritaron diversas gargantas infantiles angustiadas.
-¡Sí… es un temblor!- repuso el maestro-. Sin embargo, ya sabemos que hacer en esto casos. ¡Actuemos ya!
En breves, la escuela toda ocupaba las zonas de seguridad previamente seleccionadas para estas contingencias, En un orden absoluto y con serenidad, los niños habían dejado sus aulas y usado los espacios señalados.
-Debemos esperar a que la Tierra deje de bailar su melodía favorita- dijo un niño- para volver a nuestro salón.
-Es cierto- respondió otro- lo malo está en que es bien egoísta, le gustar bailar solita, sin chambelán.
Reflexión:
Así como en estos casos, el orden evita que la desesperación y el miedo provoquen tragedias, es cierto también que sin la serenidad para actuar, existiría solamente el desorden. Antes el peligro, el mejor salvavidas que tenemos es la serenidad.
Donde quieras que te encuentres procura actuar con serenidad, esto no es fácil pues para lograrlo debes tener un control absoluto de ti mismo, ya que lo que expresamos a los demás en este tipo de situaciones, es lo que llevamos en el interior de nuestro ser.
¿Cómo has actuado ha temblado en la escuela?
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