"La rosa"
Frente a sus alumnos, todos ellos
universitarios, aquellas brillante profesional disertada en su cátedra. Por
lo interesante que sus enseñanza, su clase era la más concurrida;
esto provocaba que muchos alumnos escucharan la clase de pie, ante la
insuficiencia de pupitres.
Cuando hablando de los
valores y virtudes que distinguen al ser humano,
mucho hacía mención de la gratitud, que no era otra cosa sino la
memoria del corazón, volcada ante el bien recibido.
En innumerables ocasiones puso como
ejemplo su particular caso: las penurias que vivió en su paupérrima
etapa de estudiante. Hoy, cuando era reconocida como una
de los más brillantes abogados del país,
también reconocía la invaluable ayuda que recibiera en el
pasado, de aquella nobilísima mujer.
-Una buena porción de pan y un aguado
café, siempre lo obtuve de mi amado ángel guardián- comentaba la
catedrática-. Podría pensarse que era poco; pero en las condiciones
de miseria en que yo vivía, era el mejor engaño que yo le podía hacer a
mi vacío estómago. Pero sobre todo, el hecho de que me brindara a
que viejo catre y ella durmiera en u desvencijado sofá, merecerá
mi gratitud siempre. Deseo resaltar algo –contenido la abogada- esta
filantrópica dama: “ningún parentesco tenia conmigo”
Los alumnos escuchaban atentos aquel
relato, embellecido por el dominio del lenguaje.
-Tres preocupaciones llenaban la vida
de la noble mujer- precisa la profesional-; primeramente, dejarme mi
desayuno; después, colocar diario en la iglesia, una rosa a su santo preferido
y, por último, recoger y vender el periódico. Sin embargo, la vida no me
dio oportunidad de colmarla de bienes, una vez que obtuve el éxito.
Un día enfermó y murió.
Por sus ojos conmovidos, era evidente
que el recuerdo la emocionaba, sin poder evitarlo.
-Si su oración devota era una
rosa- siguió comentado la joven profesional- hoy, diariamente llevo
dos rosas; una, es su nombre, a la iglesia; otra, en mi agradecimiento, a su
tumba.
La clase concluyó y,
como siempre, a la salida los alumnos vertían su entusiasmo sus
comentarios, lo que reflejaba que la enseñanza había trascendido a la propia
vida de aquellos jóvenes.
Reflexión:
Muchas personas tiene dificultad para
dar algo de lo muchos que tienen o, de lo que necesitan, porque olvidaron
agradecer lo que por necesidad un día recibieron; no aprendieron que la
gratitud es la memoria del corazón.
Agradecer lo que nos dan los otros es
algo que requiere aprenderse. Si alguien te brinda su ayuda no
te sientas mal, no es humillante recibir apoyo, acéptalo no seas orgulloso
y muestra tu gratitud.
Jamás olvides el bien que te
hagan y muchos menos aquien te lo dio.
¿A quién le has dicho que estas
agradecido por algo que te haya dado?
Comentario del padre:
La lectura es muy cierta y te hace
reflexionar y de la pregunta, si he agradecido a todas las personas que de
alguna forma me han ayudado ya sea física, material y emocional.
Ejemplo: Mis padres, mis hermanos,
mis amigos, etc.
Comentario del alumno:
Me parece que es muy cierta la
lectura pues no es mal recibir ayuda de los demás al contrario es un honor pues
están contribuyendo a alcanzar tu meta.
A mí en lo personal me han ayudado
muchas personas y estoy muy agradecida con ellas pues han sido parte de todo lo
que he logrado.